El 28 de marzo en el hall del museo Nahim Isaías se vivió una jornada poco común. Entre obras de arte y el ruido habitual del centro de Guayaquil, un grupo de profesionales de la salud mental levantó mesas, colocó materiales artísticos, organizó sillas y preparó una serie de estaciones para recibir gratuitamente a quienes quisieran hablar, respirar, pintar, escribir o simplemente ser escuchados. Esto fue una nueva edición de la Clínica de la Calle, una actividad impulsada por la psicóloga clínica humanista guayaquileña María del Carmen Rodrigo a través de su plataforma Tóma-te con Calma.
Con diferentes estaciones, cada una brinda acompañamiento para regular los pensamientos y preocupaciones del usuario.
El 28 de marzo en el hall del museo Nahim Isaías se vivió una jornada poco común. Entre obras de arte y el ruido habitual del centro de Guayaquil, un grupo de profesionales de la salud mental levantó mesas, colocó materiales artísticos, organizó sillas y preparó una serie de estaciones para recibir gratuitamente a quienes quisieran hablar, respirar, pintar, escribir o simplemente ser escuchados. Esto fue una nueva edición de la Clínica de la Calle, una actividad impulsada por la psicóloga clínica humanista guayaquileña María del Carmen Rodrigo a través de su plataforma Tóma-te con Calma.
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